lunes, 7 de noviembre de 2016

UNA NUEVA ETAPA EVANGELIZADORA MARCADA POR LA ALEGRÍA para los IISS. Don Santiago Cañardo

UNA NUEVA ETAPA EVANGELIZADORA MARCADA POR LA ALEGRÍA (EG 1)

De una Iglesia cansada y desencantada a una Iglesia alegre y misionera[1]

Don Santiago Cañardo Ramírez

Vicario Episcopal de Fe y Cultura

Párroco de San Nicolás de Pamplona

 

"Estáis llamados por el Señor a seguirlo por el mundo

Vuestra originalidad es que secularidad y consagración caminen juntos en unidad de vida". Para lograr esta síntesis, es necesario un discernimiento continuo, que ayude a obrar con equilibrio y así encontrar a Dios en todas las cosas"

(Mensaje del Papa Franciscoa la Conferencia Mundial de Institutos Seculares, Roma 2016)

 

A. Contexto: el alejamiento de la fe y una Iglesia cansada. «Una vieja religión en un mundo nuevo».

 

B. Un nuevo enfoque en el que Papa Francisco quiere situarnos a todos: paso de una Iglesia cansada y desencantada a una Iglesia alegre y misionera

 

Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales, las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria… Que le ayude a ser la madre fecunda que vive de "la dulce y confortadora alegría de evangelizar.

Card. Bergoglio en el Cónclave de 2013

C. La respuesta: presentar la alegría del Evangelio, que llena la vida entera

La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús (EG 1)

 

"No permitas que nos convirtamos en no-pueblo. Haz que te reconozcamos de nuevo. Sí, nos has ungido con tu amor, has infundido tu Espíritu Santo sobre nosotros. Haz que la fuerza de tu Espíritu se haga nuevamente eficaz en nosotros, para que demos testimonio de tu mensaje con alegría.

Benedicto XVI pedía en la misa crismal de 2011

 

No caigamos en la trampa de desgastarnos en lamentos autodefensivos, en lugar de despertar una creatividad misionera (AL 57)

 

Volver a resonar siempre el primer anuncio, que es «lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario» (AL 58)

 

EN RESUMEN: Descubrir en medio de un desierto espiritual LO ESENCIAL: la alegría de creer. Se trata de llevarles a esta alegría profunda, que nace del encuentro con Jesucristo:


- Esto exige una transformación misionera de la Iglesia, también aplicable a los consagrados en medio del mundo:

 

DIEZ CONCRECIONES PARA UNA IGLESIA DE PUERTAS ABIERTAS

 

1) Subrayar ante todo los aspectos positivos de la cultura y de las situaciones humanas. Ej: Moral: manifestar siempre el bien deseable, la propuesta de vida.

 

2) Renunciar a ser una agencia de servicios, para convertirse en un lugar de encuentro (EG 114)

 

3) Ser siempre la casa abierta del Padre: tener templos con las puertas abiertas en todas partes (EG 46)

 

4) Abrir las puertas de los sacramentos. No deberían cerrarse por una razón cualquiera (EG 47)

 

5) Conversión del lenguaje: predicación y catequesis referida siempre a la experiencia (EG 9, 120)

 

6) Un trato personalizado, en continuo diálogo en una civilización herida de anonimato, que comience por la escucha (EG 128)

 

7) Somos testigos: hombres y mujeres que acompañan desde su propia vivencia (EG 171, 264)

 

8) Valorar lo que somos como Iglesia: cuántos cristianos dan la vida por amor (EG 76).

 

9) Pertenecer a la Iglesia-toda, con su rica diversidad, sin recluirse en el propio grupo, (EG 98), sin mundanidad espiritual (= buscar la gloria humana y no la del Señor; caer en el elitismo que analiza y juzga a los demás. EG 88)

 

10) Mostrar las relaciones nuevas que genera Jesucristo: Una verdadera experiencia de fraternidad, una espiritualidad que sana, libera, llena de vida y de paz (EG 87-92). Dar un testimonio atractivo de comunión fraterna (EG 99).

 

 

AMPLIACIÓN Y DOCUMENTACIÓN:

 

8) Valorar lo que somos como Iglesia: cuántos cristianos dan la vida por amor (EG 76).

 

EG 76 el aporte de la Iglesia en el mundo actual es enorme. Nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor: ayudan a tanta gente a curarse o a morir en paz en precarios hospitales, o acompañan personas esclavizadas por diversas adicciones en los lugares más pobres de la tierra, o se desgastan en la educación de niños y jóvenes, o cuidan ancianos abandonados por todos, o tratan de comunicar valores en ambientes hostiles, muestran ese inmenso amor a la humanidad que nos ha inspirado el Dios hecho hombre.

 

9) Pertenecer a la Iglesia-toda, con su rica diversidad, sin recluirse en el propio grupo, (EG 98), sin mundanidad espiritual (= buscar la gloria humana y no la del Señor; caer en el elitismo que analiza y juzga a los demás. EG 88)

No a la guerra entre nosotros

Más que pertenecer a la Iglesia toda, con su rica diversidad, pertenecen a tal o cual grupo que se siente diferente o especial.

98 ¡cuántas guerras por envidias y celos, también entre cristianos! La mundanidad espiritual lleva a algunos cristianos a estar en guerra con otros cristianos que se interponen en su búsqueda de poder, prestigio, placer o seguridad económica.

No a la mundanidad espiritual

93. La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal.

 

94 Ojo con el subjetivismo … y con el neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar.

 

95 . Esta oscura mundanidad se manifiesta en muchas actitudes aparentemente opuestas pero con la misma pretensión de «dominar el espacio de la Iglesia». En algunos hay un cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción en el Pueblo fiel de Dios y en las necesidades concretas de la historia. Así, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. En otros, la misma mundanidad espiritual se esconde detrás de una fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, o en una vanagloria ligada a la gestión de asuntos prácticos, o en un embeleso por las dinámicas de autoayuda y de realización autorreferencial….

no lleva el sello de Cristo encarnado, crucificado y resucitado, se encierra en grupos elitistas, no sale realmente a buscar a los perdidos ni a las inmensas multitudes sedientas de Cristo. Ya no hay fervor evangélico, sino el disfrute espurio de una autocomplacencia egocéntrica.

 

100 ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?

 

10) Mostrar las relaciones nuevas que genera Jesucristo: Una verdadera experiencia de fraternidad, una espiritualidad que sana, libera, llena de vida y de paz (EG 87-92). Dar un testimonio atractivo de comunión fraterna (EG 99).

 

EG 77 necesitamos crear espacios motivadores y sanadores para los agentes pastorales, «lugares donde regenerar la propia fe en Jesús crucificado y resucitado, donde compartir las propias preguntas más profundas y las preocupaciones cotidianas, donde discernir en profundidad con criterios evangélicos sobre la propia existencia y experiencia, con la finalidad de orientar al bien y a la belleza las propias elecciones individuales y sociales»

 

99 A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis:

 

101. Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo! A cada uno de nosotros se dirige la exhortación paulina: «No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal con el bien» (Rm 12,21). Y también: «¡No nos cansemos de hacer el bien!» (Ga 6,9).

Sí a las relaciones nuevas que genera Jesucristo

EG 87 descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación

 

88. El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual. Muchos tratan de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda o hacia el reducido círculo de los más íntimos, y renuncian al realismo de la dimensión social del Evangelio

 

89 . Si no encuentran en la Iglesia una espiritualidad que los sane, los libere, los llene de vida y de paz al mismo tiempo que los convoque a la comunión solidaria y a la fecundidad misionera, terminarán engañados por propuestas que no humanizan ni dan gloria a Dios.

 

91 Un desafío importante es mostrar que la solución nunca consistirá en escapar de una relación personal y comprometida con Dios que al mismo tiempo nos comprometa con los otros.

el único camino consiste en aprender a encontrarse con los demás

 

92 aprender a descubrir a Jesús en el rostro de los demás, en su voz, en sus reclamos. También es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad

 

102 se percibe una mayor participación de muchos en los ministerios laicales, este compromiso no se refleja en la penetración de los valores cristianos en el mundo social, político y económico

 

103 es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia

 

107 ausencia en las comunidades de un fervor apostólico contagioso, lo cual no entusiasma ni suscita atractivo. Donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los demás, surgen vocaciones genuinas

 

 

 



[1] Encuentro diocesano anual de Institutos Seculares - Pamplona, 5-XI-2016, Salón de la parroquia San Francisco Javier.

Me gustó tanto por su sencillez, profundidad, alegría, que se la pedí y generosamente la acabo de recibir, la comparto para que la gocéis y difundáis

JAB

 

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